El fotógrafo sudafricano Kevin Carter visitó la aldea sudanesa de Ayod en 1993 para denunciar la hambruna y la guerra que sufría el país. Antes de irse, vio a un bebé hambriento tendido en la arena justo en el mismo plano que un buitre, dos símbolos poderosos que representaban la mejor metáfora de lo que sucede con el hambre: el sistema financiero que se enriquece a costa de los débiles.