Las contradicciones de Evo Morales en su Cumbre de Cambio Climático ‘extracto’

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Entre el discurso antiimperialista y anticapitalista y la implementación de políticas absolutamente capitalistas de extractivismo de exploración y exportación de los recursos naturales.

Fuente: revista Petropress N.18  18-4-2010


Hace unos meses atrás, hubo la cumbre de Copenhague (en Dinamarca) que fue un fracaso político porque los principales países industrializados, los que más provocan el recalentamiento de la atmosfera (como Estados Unidos y China) se negaron en disminuir su contaminación con emisiones de gases a efecto invernadero.


El gobierno de Evo quiere fortalecer su imagen internacional, tratando de adquirir «liderazgo mundial» colocándose a la cabeza de la defensa de la Madre Tierra. Por tanto, llamó a una cumbre internacional alternativa «Sobre el cambio climático y los derechos de la madre tierra» para los días 20 al 22 de abril de 2010 en Cochabamba. Se presentó como una Conferencia de los Pueblos pero es controlada por el gobierno boliviano, además con la participación de más de 30 delegaciones oficiales de otros países; era previsto que haya por lo menos pluralidad de opiniones y discusiones. A último momento el gobierno quitó el derecho a varias organizaciones sociales (CONAMAQ, Movimiento Sin Tierra, CENDA, FOBOMADE, BOLPRESS y otras) a organizar una mesa 18, sobre temáticas locales como ser explotación minera y petrolera en territorios indígenas. Eso porque hay al interior de Bolivia, varios conflictos de indígenas y comunitarios en contra de los proyectos petroleros y mineros llevados adelante por el gobierno en acuerdo con las transnacionales imperialistas.


En el caso de Bolivia, varias organizaciones sociales vienen denunciando las políticas del gobierno de Evo, que apoyan el saqueo realizado por las transnacionales petroleras y mineras en el país, en contra de los derechos de los trabajadores, pueblos indígenas y comunidades campesinas… Las políticas energéticas del MAS, son convencionales, apuntando a aumentar la explotación de hidrocarburos y extracción minera. Se enmarcan en el gran proyecto continental del IIRSA que es una apertura total al gran capital, para mayor circulación de materias primas y energías hacia el gigante del Norte, Estados Unidos. Por tanto, grandilocuentes discursos medio- ambientalistas, anti-neoliberales, antiimperialistas, anticapitalistas… van lado a lado de gigantescos proyectos de explotación de recursos naturales, de energía e infraestructura en sociedad justamente, con aquellos a quienes los discursos señalan como enemigos…


Es el sistema mismo que está en cuestión: el rol atribuido en la economía mundial a los países dependientes como simples proveedores de materia prima. Las ganancias de las grandes empresas multinacionales están basadas justamente sobre la sobreexplotación de la mayoría de la población mundial y el saqueo de los recursos naturales de los países dependientes. La búsqueda permanente de mayores ganancias por unos cuantos está acabando con el planeta…


Por su parte, los gobiernos de los países dependientes, inclusive los que se llaman progresistas, son cómplices de estas políticas imperialistas, al permitir e incentivar la presencia de las transnacionales en sus países. Evo Morales clama alto y fuerte: «queremos socios, no patrones!» Y abre grande las puertas para la permanencia de las transnacionales, que adquieren más peso y presencia, a cambio de dejar unas migajas, un pequeño porcentaje para el país productor… Esos mismos pulpos transnacionales son las principales causantes de la contaminación ambiental, con sus proyectos extractivistas sin medida… y sus industrias contaminantes.


Por todo lo dicho, estas cumbres no son en esencia anti-imperialitas. Son justificaciones de los gobiernos, que discuten de las graves consecuencias de la contaminación mundial provocado por el modelo industrial de desarrollo, pero no atacan las causas reales de la grave situación mundial, más bien inventan mecanismos absurdos como el de la compra-venta de carbono para justificar el actuar de las empresas y continuar con el saqueo del planeta.


La clase trabajadora mundial y sus aliados deben tomar conciencia de los principales enemigos y responsables del problema ambiental mundial, y levantarse contra los responsables, las grandes empresas transnacionales y los gobiernos cómplices, levantarse contra este sistema destructor de la naturaleza y generador de pobreza y miseria para millones de personas, para acabar con él y así poder construir un mundo diferente, con más justicia e igualdad y en defensa de la naturaleza.


El mecanismo mafioso del mercado de carbono


El denominado mercado de carbono es un conjunto de mecanismos para permitir la compra-venta de Certificados de Reducción de Emisiones, por los países desarrollados. Estos mecanismos son estipulados en el «Protocolo de Kyoto».


Los países que reduzcan sus emisiones de gases, en niveles mayores de lo exigido en los acuerdos internacionales realizados en Kyoto, podrán vender éste exceso a otros países, que no han cumplido con las reducciones mínimas de gases para que las acrediten a sus compromisos.


Otro mecanismo es el apoyo de empresas y países del norte a proyectos de desarrollo y reducción de impactos ambientales, que se desarrollen en países en desarrollo, y así disminuyen sus compromisos de reducción de gases en sus propios países.


Si el promedio de emisiones del país se ha reducido más allá del límite establecido, este país o las empresas del mismo, pueden vender esa reducción, si esta debidamente certificada, a otro país también desarrollado, cuyas empresas no hayan podido reducir sus emisiones.


La esencia del mercado de carbono consiste en pagar a los contaminadores por dejar de contaminar, algo parecido al mecanismo de la mafia, a la cual había que pagarle para estar protegido de ella misma.