Las otras consecuencias de la guerra en Ucrania: Más hambre para el cuerno de África

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El conflicto en Europa es la puntilla a la situación dramática en que viven países como Somalia o Etiopía, donde la pobreza estructural (el hambre) y las guerras, han agravado la situación de hambre. Su dependencia del trigo ruso y ucranio los hace aún más vulnerables e invisibles ante los países enriquecidos.

Desde la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés, también dependiente de la ONU), el economista senior Mario Zappacosta centra su preocupación en el Cuerno de África, al que añade Sudán y Sudán del Sur, países fronterizos con este gran saliente del este africano. Ambos arrastran, asimismo, una historia no cerrada de violencia e inestabilidad política.

Estos países dependen de la importación de cereales de Ucrania y esto agrava la situación de hambre.

Este conjunto de cinco países –unidos por geografía, todos con una renta per cápita situada en la zona baja del continente– comparten otro plus de vulnerabilidad. Una debilidad específica en la bofetada económica mundial causada por la guerra. “Importan casi todo su trigo de Rusia y Ucrania. Más importante, este cereal resulta esencial en la dieta de sus poblaciones”, explica Zappacosta. Patrón importador que admite un matiz, producto de extrañas piruetas en las etapas del comercio global. En rigor, Sudán del Sur no compra directamente a los dos países en guerra, pero sí a Uganda y Kenia, que a su vez reciben ingentes cantidades de grano con origen en los puertos del Mar Negro. En los otros cuatro estados, los flujos importadores de trigo ruso o ucranio oscilan entre el 66% de Etiopía y el casi 100% de Eritrea, con Sudán y Somalia situados en el 92%.

Cuando Europa «tose» África «muere de neumonía»

Los países más ricos, capaces de pagar precios altos, pueden acaparar el grano disponible de Canadá, Estados Unidos o Argentina… También China, que acaparó cereales a finales del 2021. China acaparó más de la mitad del stock mundial de cereales e hizo subir los precios bastante antes que comenzara la guerra.

La solidaridad ha de mirar también al sur

El llamamiento a la solidaridad con los ucranianos está muy bien. Pero, no hemos de perder el horizonte de la injusticia, como afirma un reciente artículo en The New Humanitarian, en el que se analiza en profundidad las repercusiones de la solidaridad concentrada, aunque sea desde un punto de vista asistencial.

El cuasi monopolio mediático del sufrimiento en Ucrania puede desviar nuestra mirada global. Se denuncia también el racismo subyacente a las oleadas de generosidad, que van perdiendo vigor a medida que la piel se oscurece.

Recordemos el reciente éxodo de millones de sirios y venezolanos, países donde también se sigue viviendo una tragedia humanitaria.

Tengamos una perspectiva amplia de las causas del hambre y de las guerras.

Redacción solidaridadnet