NEW AGE y CRISTIANISMO

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Una reflexión sobre el documento: "Jesucristo, portador del agua viva. Una reflexión cristiana sobre La Nueva Era". ..


Raúl Berzosa Martínez
Revista Sembrar 23-02-2004

El día 3 de febrero, en la Sala de Prensa del Vaticano tenía lugar la presentación del documento «Jesucristo, portador del agua viva. Una reflexión cristiana sobre La Nueva Era». ¿Por qué se ha sentido la necesidad de escribirlo? -Se contesta que por causas pastorales, dado que numerosos obispos, catequistas, directores espirituales, y fieles de diversas partes del mundo lo han venido solicitando.

¿Qué se pretende conseguir con este documento? -Individuar los orígenes del New Age, denunciar de qué manera influye en la vida de los cristianos, y tratar de ofrecer métodos y medios para responder a los diversos retos que presenta.

¿Cómo se puede definir la New Age? -El movimiento de la Nueva era (también llamado de Acuario) es como un gran río con grandes ramificaciones; y viene a ser como una nueva sensibilidad contemporánea o nueva religiosidad que reviste muchas características de la gnosis eterna.

¿Cuáles serían las causas del nacimiento de esta «nueva espiritualidad»? -Se señalan tres: una visión chata y cientifista que no es capaz de descubrir la presencia de Dios; un retorno a las religiones precristianas y neopaganas; y un redescubrimiento y encantamiento de las religiones orientales.

¿Qué pretende dicha espiritualidad nueva? -Ofrecer una falsa utopía que responda a la sed profunda de felicidad del corazón humano, especialmente en estos tiempos modernos de vaciedad y nihilismo.

¿Cuáles serían las partes más importantes del documento? -Principalmente tres capítulos: el cap. 3, donde se denuncia la falsa espiritualidad de la New Age; el cap. 4 donde se pone al descubierto la falsa imagen de Cristo que se presenta; y el cap. 6 donde se ofrecen algunas pautas pastorales para responder a la Nueva Era.

Finalizo con unas reflexiones personales. En más de una ocasión hemos tenido que subrayar que la New Age no es una simple moda, ni una secta, ni una religión milenarista para el Tercer Milenio sino una nueva sensibilidad cultural o nuevo paradigma cultural. Aparece como un pulpo con muchos tentáculos al que es difícil ver los ojos. Arraiga entre gente del primer mundo que tienen el estómago lleno y el corazón vacío. No se enfrenta a las religiones (se incrusta como una bomba-lapa en ellas para vaciarlas de contenido). Recuerda lo expresado por ciertos autores: «El enemigo de la religión hoy es la propia religión en forma de gnosis» (Ratzinger); «No caminamos hacia el ateísmo o la indiferencia, sino hacia una forma de humanismo gnóstico, difuso, ecléctico, ambiguo» (Marcel). Un reto desde la nueva evangelización sería «asumir para redimir», es decir, inculturar y evangelizar el mensaje cristiano, también desde dentro de la New Age. Todo lo expresado no es exagerado si tenemos en cuenta que el Dios de la New Age no es un Dios personal, sino un principio de totalidad. Que en la New Age se cree en una especie de «reencarnación positiva» en el sentido de necesitar vivir muchas vidas hasta adquirir diversos niveles de conciencia. Su cristología nos habla de la reencarnación, en cada era, de un mismo maestro (ayer, se llamaba Buda, Moisés o Jesús; hoy, Maytreya). Finalmente recordemos que se proclama una nueva sensibilidad espiritual y una experiencia mística directa sin mediaciones. El cristianismo es una religión inferior (por elevar a un hombre -Jesús- al rango de Dios).

La New Age es como el «alma espiritual» de esa globalización neoliberal que entiende que ha llegado «el fin de la historia y el último hombre» (Fukuyama). No en vano, la New Age tiene sobre todo la marca del imperio USA.