Guías gays en Internet dan listas de aseos públicos en estaciones y superficies comerciales para hacer “contactos”. “No tienen más de doce o catorce años y en su mayoría son inmigrantes”, dicen testigos. La legislación española permite las relaciones sexuales con menores a partir de los 14 años, sin que los padres puedan oponerse, una legislación anómala en nuestro entorno occidental.
ForumLibertas
Publicado el 18-01-2005
Guías gays en Internet dan listas de aseos públicos en estaciones y superficies comerciales para hacer “contactos”.
Si visitamos una guía gay como **** , veremos que la ciudad más detalladamente descrita es Barcelona. En concreto, destaca su sección de “cruising”, es decir, contactos sexuales ocasionales o sitios de ligoteo. Son los lugares públicos donde acuden los homosexuales, nativos o turistas, para hacer un contacto sexual y a menudo realizarlo allí mismo, en el lavabo de la estación de Sants, la de Fabra i Puig, Glorias, los del parque de la Ciudadela…
Ésos son los lugares a donde, según el diario METRO, acuden niños de la calle, la mayoría inmigrantes de familias desestructuradas, para ofrecer sus servicios sexuales. “Según ha podido comprobar este diario, son chavales que conocen bien los ambientes gays y saben captar a sus potenciales clientes sin alertar a los vigilantes de seguridad”, explicaba el diario el pasado viernes.
“No tienen más de doce o catorce años y en su mayoría son inmigrantes”, dicen testigos al diario gratuito. Según METRO, algunos cuentan con sus propios clientes fijos; obtienen ganancias de entre 20 y 50 euros por cada servicio sexual. “La lástima –comenta un camarero– es que después se lo gastan todo en colocarse” ya que son consumidores habituales de cocaína, pegamento o popper, una adicción que les lleva a frecuentar los ambientes de prostitución masculina “presionados por los propios camellos”.
Leyendo **** se suele distinguir entre “gente mayor” y “chicos” o “chavales”. Por ejemplo, en la estación de Sants se avisa que “en el lavabo hay mucha gente mayor”, aunque admite que “a veces se puede encontrar sorpresas agradables” o que en la plaza Sant Miquel (cerca del Ayuntamiento) “suele haber algunos chavales”. Al aire libre está Plaza Catalunya, donde “hay chicos que buscan protección”.
Las administraciones no reconocen la existencia de menores dedicados a la prostitución gay en Barcelona. La Guardia Urbana afirma que “la prostitución infantil está totalmente erradicada” de la ciudad. Otra cosa sería la existencia de “puntos de encuentro”, en la que no les consta que los chaperos sean menores de edad.
La cara turbia del turismo gay
Barcelona lleva años haciendo méritos para ser reconocida como una capital del turismo gay y, se supone, atraer homosexuales con ganas de gastar y consumir en la ciudad. El año pasado, en el número 63 de la revista homosexual ZERO, entrevistaban al alcalde socialista Joan Clos en un artículo llamado El alcalde del gaixample:
-¿Cree que Barcelona tiene potencial para convertirse en la capital europea del turismo gay? –preguntaban a Clos.
-Sí, eso lo hemos visto en muchas ocasiones. tenemos un empresariado gay muy ágil que ha estado muy atento y ha hecho propuestas muy dinámicas en los últimos 5 ó 6 años. Yo creo que sí, que Barcelona es un territorio amigo en el que los homosexuales se encuentran muy bien –responde Joan Clos-. […] Con el ritmo y la rapidez con que Barcelona asimila las nuevas ideas cosmopolitas yo creo que no tardaremos más de una época en normalizar este hecho.
Pero el turismo gay es un turismo que busca sexo, que puede ser de pago o no, puede ser con menores o no, y por eso los turistas gays consultan webs como **** . El fenómeno “gay maduro busca chico menor de edad a quien iniciar” no es un secreto ni se critica desde ambientes gays, como se veía hace un par de años en un ejemplar de la revista LAMBDA reseñado con detalle en www.e-cristians.net .
El fenómeno de las saunas gays ha provocado en Barcelona una multiplicación por seis de los casos de Hepatitis A, una enfermedad propia sólo de zonas muy pobres sin canalización de aguas fecales. Ahora son, una vez más, los menores más desprotegidos las víctimas de un comercio de carne.
¿Aprender de Brasil?
En Brasil, el gobierno de Lula da Silva va a lanzar antes de marzo una serie de medidas contra la explotación sexual de niñas y adolescentes, punto de atractivo para la poderosa industria del turismo sexual. Se pide a los empresarios de turismo, de transporte y hoteles un comportamiento moral y ético, de modo que ninguno de ellos permita que se dé el turismo sexual”. Se repartirán folletos a los turistas orientando sobre la ilegalidad del sexo con menores por dinero en el país.
Pero en Barcelona una medida así parece lejana: para empezar porque el turismo homosexual depende de la imagen de “sexo libre total” de la ciudad. Y por otra razón: porque la legislación española -de origen socialista- permite las relaciones sexuales con menores a partir de los 14 años, sin que los padres puedan oponerse, una legislación anómala en nuestro entorno occidental.
Los chavales que se prostituyen en los lavabos de las estaciones barcelonesas para poder seguir esnifando y drogándose lo tienen difícil: forman parte de un ambiente, una industria y una cultura de la transgresión.
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