Pandemia X (XIII) Una respuesta adecuada al desafío de un nuevo sistema totalitario

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Existe el virus y también existe la configuración institucional y estructural de un nuevo sistema totalitario. Sistema que se está implementando globalmente aprovechando la pandemia y acelerando las tendencias del hipercapitalismo digital configurado en la última década.

Las grandes empresas tecnológicas globales y los fondos de inversión que concentran el capital están el vértice de esta estructura que en cascada va controlando los organismos supra y trasnacionales; los gobiernos de los estados nación y la sociedad civil neocapitalista (fundaciones, ONGs,…) que administra la legitimidad social.

Existen los dos fenómenos, y además hay una correlación entre ambos. Esta correlación no está nítidamente definida, no podemos afirmar taxativamente una relación causal, pero si es cierto, como ya hemos dicho, que toda la estructura y dinámica institucional de la salud a nivel global estaba siendo preparada desde hace décadas para implementar un nuevo y más potente mecanismo político de control de población. Era muy plausible que, con el nivel tecnológico alcanzado, tanto en extensión (planetaria) como en intensidad ( hasta los planos más íntimos del ser humano), los dirigentes del neocapitalismo global se plantearan coordinadamente, aprovechando o induciendo alguna crisis, acelerar los cambios para los que ya estaban preparados.

Cualquiera que conozca mínimamente cómo funciona el poder moderno (económico-político) sabe que trabaja siempre a medio y largo plazo; y con varios, no pocos, escenarios posibles para los que suele tener protocolos de actuación establecidos. Este dinamismo se ha incrementado sustantivamente con la inteligencia artificial y todo el conjunto de “tecnologías convergentes” ( nanotecnología, biotecnología, ciencias de la información y del conocimiento). Para el poder “casi todo” suele estar bajo control incluso sus propios conflictos internos que no son pequeños precisamente. Este poder global no es unívoco y siempre esta sometido a grandes tensiones internas propias del afán de dominación pero que intentan minimizar con una gran nivel de coordinación a través foros y organismos multilaterales públicos y privados (ONU, G6,G20, Trilateral, Club de Roma,  Bilderberg, Davos, UE, …etc.). También cuentan con toda la red oculta de los servicios de inteligencia política, militar y económica.

Sin embargo, a la sociedad, al pueblo le suelen sorprender los acontecimientos y eso genera incertidumbre, sensación de caos y por lo tanto miedo. El miedo debidamente dosificado a través de los canales de comunicación social es un arma política de primera categoría. No podemos nunca olvidar que la inmensa mayoría de los medios de comunicación están bajo el control de los fondos de inversión y de las grandes empresas tecnológicas que marcan las directrices que configuran la opinión publica a nivel global.

No se pueden permitir personas, comunidades, pueblos que piensen con cabeza propia, que se autoorganicen para responder a sus necesidades.

La falta de preparación y previsión de la sociedad es deliberada, está perfectamente planificada. No se pueden permitir personas, comunidades, pueblos que piensen con cabeza propia, que se autoorganicen para responder a sus necesidades. Es clave que todo y todos estén subordinados al vértice económico-político. Hay una estrategia de fondo permanente para generar dependencias, adicciones, déficits, deudas, resignaciones, impotencias, desesperanzas que hagan a las personas y a los pueblos dependientes del poder.

El individualismo, el corporativismo, el nacionalismo, el consumismo, la falta de la cultura política, la anulación de la dimensión religiosa de la vida,  la decreciente conciencia social, los infinitos mecanismos de manipulación de la conciencia, la instrumentalización de la opinión pública, el fracaso del sistema educativo, el desempleo, la precariedad, el fraccionamiento de tiempo, la destrucción de la estructuras solidarias que conforman y vinculan al ser humano como por ejemplo la familia, etc. Son toda una batería de mecanismos que sistemáticamente desvertebran, dividen y licuan a la sociedad. Actualmente, podemos afirmar que el individuo está solo, fragmentado y desarmado frente al poder.

Además los voceros mediáticos y políticos de este nuevo sistema totalitario, para defender la mano que les da de comer, intentan desacreditar siempre cualquier análisis estructural que denuncie la existencia de esta nueva configuración política imperialista de la gobernanza mundial.  Para ello están generando una confusión deliberada, sistemática y permanente que impida adquirir una conciencia adecuada de la situación en la que estamos. Intentan mezclar a los llamados “negacionistas” del virus con aquellos que están denunciando la imposición de un nuevo sistema hipercapitalista de naturaleza totalitaria. El virus existe y mata; el imperialismo existe y también mata.

¿Qué percibe la gente?  No hay certeza científica; no hay certeza informativa y sobre todo no hay confianza política. El grado de desinformación es brutal y ello está provocando una disonancia cognitiva en la sociedad de tal magnitud que impide cualquier tipo de respuesta racional. El emotivismo está descontrolado. Pasamos del aplauso al pánico y a la delación mientras aceptamos tácitamente la eutanasia social de los más vulnerables.

Frente a este nuevo clima totalitario que se esta configurando es necesario que aportemos unas coordenadas de actuación que intenten dar respuesta adecuada al desafío que se nos está planteando. ¿Qué podemos hacer? Pues mucho:

      1. Buscar y trabajar por la verdad. Solo la verdad nos puede liberar y por ello debemos desarrollar un pensamiento crítico y autocrítico (vs autocomplacencia; vs victimismo; etc.)
      2. Romper el individualismo. Buscar la colaboración, la ayuda mutua; buscar a otros con los que poder afrontar los problemas y situaciones difíciles a las que nos enfrentamos.
      3. Cambio en nuestras formas de vida. Ir cambiando nuestras formas de vida materialistas y consumistas por unas formas de vida austeras y sencillas que respeten a los demás y respeten nuestra casa común, la naturaleza. No dejarnos adoctrinar por los medios de comunicación sino buscar alternativas reales a la cultura actual.
      4. Creer en lo pequeño organizado. El poder nunca va contra el propio poder. Por ello no se puede confiar en las alternativas que buscan, exigen o necesitan el poder para materializarse. Solo desde lo pequeño organizado y planificado al margen de los mecanismos del poder se puede generar una genuina alternativa.
      5. Gratuidad. En la misma línea hay que potenciar la entrega sacrificada y desinteresada a un ideal de justicia y solidaridad. Hay que renunciar a todos los beneficios del poder.
      6. Solidaridad y Bien Común. Trabajar asociadamente por una cultura de la solidaridad entendida esta como la decisión firme y perseverante de trabajar por el Bien Común de la sociedad. Única forma de hacer compatible el bien personal y el colectivo. Ello exige entrega y sacrificio.
      7. Promoción personal y colectiva. Iniciar un proceso personal y colectivo de promoción formando nuestra conciencia moral y política frente la manipulación del sistema totalitario. Para ello es necesario leer, formarse junto con otros en un ideal común de justicia.
      8. Afirmar la naturaleza humana como dato moral objetivo. Aceptar y defender que la naturaleza humana es un dato objetivo que tiene inscrito un mensaje ético con absolutos morales. El principal es la defensa incondicional de la vida humana inocente.
      9. Defensa radical de la vida humana y su dignidad. Es clave aceptar la dignidad inalienable de la persona humana desde la concepción hasta la muerte natural. Todo ser humano es persona y posee la máxima dignidad en cualquier fase o circunstancia de su vida. Es inaceptable un concepto de dignidad humana materialista y utilitarista.
      10. Promoción de la vocación en cada persona. Potenciar personal y comunitariamente el descubrimiento de la vocación de cada persona en todas sus dimensiones (sexual, estado, profesional, política) poniéndola al servicio del Bien Común como forma de descubrir y vivir adecuadamente la plenitud de la existencia.
      11. Matrimonio y familia como base de la sociedad. Potenciar el matrimonio y la familia como comunidad de vida, amor y solidaridad abierta a los demás, abierta al mundo. Generar Familia de familias como respuesta comunitaria a las agresiones que actualmente esta sufriendo esta institución.
      12. Trabajo sobre capital. Luchar asociadamente defendiendo la prioridad del trabajo frente al capital. La centralidad de la persona humana y su dignidad hacen que el trabajo, es decir la persona humana, esté por encima del capital (dinero, tecnología,…)
      13. Responsabilidad política. Comprometernos políticamente por el Bien Común desde nuestra vocación específica. No es posible la neutralidad y no es admisible la indiferencia. El ser humano tiene una vocación política intrínseca.
      14. Opinión pública solidaria. Participar en la creación de una opinión pública que denuncie las verdaderas causas de las injusticias y dé a conocer las verdaderas respuestas a los problemas humanos que solo la sociedad puede y sabe hacer.
      15. Vertebrar la sociedad desde la base. Generar estructuras y proyectos profesionales autogestionarios (protagonismo personal) que articulen la sociedad (protagonismo colectivo) desde la base aplicando el principio de solidaridad y el principio de subsidiariedad. Proyectos sanitarios, educativos, sociales, tecnológicos al servicio del pueblo y al margen de los condicionantes del poder que vayan articulando orgánicamente la sociedad en una verdadera comunidad política.
      16. Finalmente, y no por ello lo último, hay que cultivar y profundizar nuestra dimensión religiosa, trascendente que nos haga ver más allá. El cristianismo, desde el que escribimos, estas líneas no es una religión, aunque implica una religación a Dios y a los hombres. No es una ley, aunque implica una serie de preceptos. El cristianismo es fundamentalmente una fe por tanto es un don que primero se recibe y que luego nos impulsa a una tarea. Tarea basda en la confianza del que va delante y que ya ha derrotado a la muerte y a toda injusticia. Es el seguimiento de Jesús, el Hijo de Dios, que se entregó total y radicalmente hasta la muerte y una muerte de cruz por nuestra salvación.  Con Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre sabemos que la injusticia no tiene la última palabra.

    Cada una de estas coordenadas se puede concretar en millar de pequeñas acciones que pueden convertir nuestra vida cotidiana en un despliegue virtuoso de posibilidades. Solo desde aquí es posible la esperanza, la auténtica, porque la esperanza es la virtud del que lucha.

    Para colaborar en esta tarea por el Bien Común el Movimiento Cultural Cristiano pone sus plataformas al servicio de la sociedad desde hace más de 30 años:

    1. El Aula de formación y espiritualidad Malagón Rovirosa que imparte curso, jornadas, conferencias durante todo el año incluyendo un aula de verano.
    2. La Campaña por la Justicia en las relaciones Norte Sur. Que abandera el lema de “Esta economía mata”. Una denuncia pública del imperialismo totalitario insistiendo especialmente en la necesidad de combatir las causas políticas de las injusticias del hambre, el desempleo, la guerra, el aborto… Una Campaña que hace una llamada a ser “todos responsables de todos o todos esclavos”.
    3. Las Ediciones “Voz de los sin Voz”: Libros y revistas, solidaridad.net, que aportan los contenidos imprescindibles para la promoción personal y comunitaria de la sociedad.

    Todo ello desde la solidaridad y la gratuidad del trabajo de sus militantes.

  1. Si quieres arrimar el hombro a este desafío entusiastamente no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
  2. Carlos Llarandi y Alberto Mangas