Petróleo contra los pueblos

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Dos formas de tener petróleo. Noruega y Venezuela. Noruega realiza el juego del neocapitalismo salvaje, poniendo la especulación en los mercados al servicio de sus pensiones. Venezuela sin embargo se encuentra hundida en el desabastecimiento y la inflación galopante al depender toda su economía de este “monocultivo.

El fondo de inversión más grande del mundo, el de las pensiones noruegas, se encuentra todavía cómodo con el barril a 60 dólares, mientras en Venezuela la economía se hundía a los 80 dólares el barril.

El fondo Noruego es el fondo de inversiones más grande del mundo y no es propiedad de ningún banco ni entidad financiera. Hablamos del Fondo de Pensiones de Noruega, el fondo de inversión más importante del mundo, propiedad del gobierno de Noruega y que cuenta en la actualidad con un patrimonio superior a los 400.000 millones de euros. Son las pensiones noruegas. Un fondo que “pretende ser ético”, pero el tigre necesita carne para vivir, y hace poco se han descubierto las relaciones del fondo con empresas de armamento. Los mercados son lo que son y los noruegos han usado como entrada de dinero el petróleo del mar del norte y lo han colocado en los “mercados” siendo uno de los mayores inversores internacionales, también en España, en Banca y distintos sectores. Participa en cerca de 700 compañías de todo el mundo, de las que unas 70 son españolas. La composición del fondo es ciertamente agresiva, el 60% de las inversiones del fondo son activos de renta variable (acciones de empresas), un 35% en renta fija (deuda soberana) y el 5% restante en bienes raíces (inmuebles). En la actualidad este fondo es propietario del 1% de las acciones de empresas que cotizan en bolsa del mundo y del 2% de las acciones de empresas europeas cotizadas.

Por otra parte Venezuela que cosechó el monocultivo petrolero desde hace muchos años pensando que el mito del “pico del precio del petróleo” (sobrepasando los 100 dólares/barril) iba a sostener su economía eternamente. De Venezuela decir como dato que en estos momentos el bolívar venezolano ya solo vale el 1% de lo que dice el tipo de cambio oficial.
Hoy en día Venezuela tiene que importar casi todos los insumos básicos, arroz (Guayana), café, incluso el papel higiénico, con recientes acuerdos de intercambio con países como Uruguay necesitados de petróleo, por no hablar de los contratos con China y sus transnacionales que hipotecarán durante años al pueblo Venezolano.

La gestión ha sido desastrosa por los distintos gobiernos, comenzando por el famoso viernes negro en que la moneda cayó bruscamente frente al dólar (18 de febrero de 1983).

El 18 de febrero de 1983, las medidas económicas de Luis Herrera Campins fueron el control de cambio y restricción a la salida de divisas.

En todo caso, el Viernes Negro tuvo otros antecedentes. El más notorio fue la caída de los precios de petróleo, que hizo que las ganancias por concepto de renta petrolera cayeran de 19.300 millones de dólares en 1981 a 13.500 millones en 1983.

Otro ingrediente del Viernes Negro fue la crisis de la llamada “Década perdida de Iberoamérica“, provocada porque las deudas externas, injustamente generadas contra los intereses de los países empobrecidos de la región, superaron su poder adquisitivo.
Todo esto produjo una fuga de capitales por casi 8.000 millones de dólares, lo cual hizo inminente la devaluación del bolívar.

Parece que el Viernes Negro se ha prolongado más de 30 años. Y ahora Venezuela se encuentra con la mayor inflación del mundo y con un desabastecimiento total.

Los dos modelos usan el petróleo contra los pueblos y hacen del mismo un arma de destrucción.

Autor: Luis Antonio Macías