POLANCO, a la CONQUISTA de ESTADOS UNIDOS y PREPARANDO la SUCESIÓN

2020

Sus nuevas oficinas en Miami servirán par intentar entrar en Univisión, la gran cadena de televisión norteamericana (y de radio) en lengua castellana. De los 50 programas de televisión más vistos en Estados Unidos durante el pasado año, 48 de ellos eran de Univisión. . Estamos hablando de un mercado que ya supera los 40 millones de hispanohablantes. Hoy en día, ninguno de los dos grandes partidos políticos norteamericanos (republicanos y demócratas), ninguna película de Hollywood, ninguna marca comercial o ninguna campaña publicitaria puede prescindir de los hispanos si quiere triunfar en Estados Unidos.


hispanidad.tv 26/05/2004

No, Jesús Polanco no tiene cáncer, pero sí una enfermedad, no grave, relacionada con los huesos. Sirva esto, de cualquier forma, para desmentir los muchos rumores sobre su ausencia en la Boda del heredero al Trono, las alusiones al collarín y a sus problemas de cervicales. Pero sirva también para desmentir otros rumores más graves sobre su salud, que, sencillamente, son falsos.

Pero eso no quiere decir que el editor más importante del país se esté quieto. Polanco está preparando su sucesión, con ayuda de su socio de toda la vida, Pancho González, aunque lo cierto es que dicha sucesión ya la tiene perfilada desde hace tiempo.

La tiene perfilada a través de sociedades patrimoniales, en las que participan sus cuatro hijos y también sus sobrinos, entre otros el primer ejecutivo de Sogecable, Javier Díez Polanco, hijo de su hermana, y Jaime Polanco, hijo de su hermano. Quien no participa en la sucesión es el consejero delegado, Juan Luis Cebrián. Precisamente, Polanco está convencido de que sus hijos y sobrinos no podrían sobrevivir bajo el peso de los Juan Luis Cebrián, Augusto Delkáder, Javier Pradera, Jesús Ceberio, Iñaki Gabilondo, etc. Javier Díez Polanco es especialmente insistente en este punto. En otras palabras, que con su tío se marche toda la vieja guardia.

Hablábamos del sobrino Jaime Polanco, menos conocido que su primo Javier, pero no menos relevante. Jaime dirige las nuevas oficinas del grupo Prisa-Sogecable en Miami (ubicadas en Biscayne Boulevard), porque Florida, una vez más, como 500 años atrás, vuelve a ser la puerta de entrada en Estados Unidos, en los Estados Unidos hispano, se entiende. Estamos hablando de un mercado que ya supera los 40 millones de hispanohablantes. Hoy en día, ninguno de los dos grandes partidos políticos norteamericanos (republicanos y demócratas), ninguna película de Hollywood, ninguna marca comercial o ninguna campaña publicitaria puede prescindir de los hispanos si quiere triunfar en Estados Unidos.

Pues bien, Jaime Polanco es el encargado de introducir a Prisa en Estados Unidos, así como de dirigir toda la división iberoamericana. En este aspecto, Polanco quiere dejar a sus sucesores un grupo ordenado. Por eso, está vendiendo, especialmente emisoras de radio, en Sudamérica, mientras se muestra dispuesto a comprar todo lo que sea necesario en el gigante del norte y en México. Aquí no conviene olvidar el siguiente maridaje o grupo de presión: Carlos Salinas de Gortari-Carlos Slim-Felipe González-Jesús Polanco-Emilio Azcáraga Jean, Antonio Navalón.

Sí, el comisionista Antonio Navalón, procesado por el caso Banesto como conseguidor de Mario Conde, es hoy el máximo responsable de Prisa en México (cosas veredes, Sancho). En este punto hay que corregir un tópico eterno: se dice que Carlos Slim, amigo personal y casi consuegro del ex presidente del Gobierno español, Felipe González, es el hombre más rico de Iberoamérica, desde su buque insignia, la telefónica mexicana Telmex, gran competidora de Telefónica. De hecho, César Alierta se ha quejado muchas veces de que su principal competidor en América es Felipe González, que trabaja para Telmex. Pues bien, el ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, cuyo hermano Raúl fuera encarcelado por el asesinato de Luis Donaldo Colosio (candidato a la Presidencia del PRI), es, en verdad, la mayor fortuna de Iberoamérica, y utiliza como pantalla a Carlos Slim y, se supone, a Felipe González. Esa mafia legal llamada Partido Revolucionario Institucional (PRI) da para eso y para mucho más.

Pues bien, Polanco, a través de González, se lleva a partir un piñón con Slim, así como Juan Azcárraga Jean, hijo del mítico Tigre Azcárraga y heredero del imperio de Televisa, el cuasi monopolio de la televisión en México. Polanco es socio de Azcárraga y buen amigo de González. Esa es la plataforma para entrar en Estados Unidos, concretada en un objetivo muy goloso: Univisión.

Univisión es la gran cadena de televisión norteamericana (y de radio) en lengua castellana. La lidera Jerry Perenchio, setenta y bastantes años y con una salud muy deteriorada. Para que se hagan una idea, de los 50 programas de televisión más vistos en Estados Unidos durante el pasado año, 48 de ellos eran de Univisión. Y sólo los dos restantes correspondían a Telemando. Eso así, no nos engañemos, la calidad de sus informativos es baja, se reduce a sucesos, y el resto de su programación no se distingue por su altura cultural, pero es un instrumento de primera línea, con el que ningún otro canal o medio informativo puede competir en influencia.

Pues bien, Azcárraga Jean y Polanco le disputan a Venevisión (grupo Cisneros) la sucesión de Perenchio. Azcárraga y Polanco confiesan (bueno, confiesan los mexicanos, no Polanco, que como buen editor español exige transparencia pero es la opacidad misma) que rozan ya el 24,9% de Univisión. O sea, para entendernos, que están esperando el seceso de Perenchio, que no tiene sucesor (aunque sí amigos, lo es de Juan Villalonga, ex presidente de Telefónica). Perenchio controla el Consejo de Univisión con tres vocales de cinco que lo componen. El cuarto es de Televisa, el quinto de Venevisión. En esa batalla estamos: Salinas de Gortari, Slim y Felipe González están detrás del asunto. A los republicanos de George Bush no les gusta nada este aspirante y preferirían a Gustavo Cisneros, cuyo amigo en España, por cierto, es José Manuel Lara, el editor adversario de Polanco, pero…
Y es que Miami es la capital del mundo financiero y de la industria cultural hispana. Desgraciadamente, porque Miami es o el progresismo capitalista de Polanco y Felipe González, o el ultraconservadurismo, asimismo muy «progre» en lo social», de los grupos cubanos en el exilio. Es decir, del fuego a las brasas.