Todos los organismos internacionales reconocen en sus informes que los grandes problemas de la Humanidad crecen y se multiplican. El hambre de tres cuartas partes de la Humanidad la esclavitud de cuatrocientos millones de niños y el paro de más de mil millones de personas existen por causas naturales sino por la acción premeditada de un sistema imperialista de ámbito universal. Se multiplican las guerras pasando ya de 40 y, con ellas, se afirma el predominio político y económico de los fuertes en el mundo mientras los empobrecidos ponen cada vez más víctimas…
Todos los organismos internacionales reconocen en sus informes que los grandes problemas de la Humanidad crecen y se multiplican. El hambre de tres cuartas partes de la Humanidad la esclavitud de cuatrocientos millones de niños y el paro de más de mil millones de personas existen por causas naturales sino por la acción premeditada de un sistema imperialista de ámbito universal. Se multiplican las guerras pasando ya de 40 y, con ellas, se afirma el predominio político y económico de los fuertes en el mundo mientras los empobrecidos ponen cada vez más víctimas.
Cuando naciones y continentes enteros están condenados a su exterminio por una minoría instalada en la opulencia, es necesario que en las próximas elecciones alguien alce la voz por quienes no tienen voz. Para ningún partido es importante que decenas de miles de niños mueran todos los días de hambre. Los sueldos de los políticos, sus pensiones y sus privilegios son mucho más importantes.
El silencio y la pasividad también asesinan. De la misma manera que hoy no es posible negar la existencia de los campos de exterminio y cámaras de gas de los nazis, debemos actuar rnilitantemente contra el holocausto que genera el imperialismo actual. El juicio de la Historia es inapelable y, ¿cómo juzgará nuestro silencio ?.
Podemos constatar que la sociedad en la que vivimos se está haciendo fuertemente conservadora. Nuestros 25.000 euros de renta generan formas de vida insolidarias y su consecuencia política no es otra que el corporativismo y el desentendimiento del drama de los empobrecidos. Vemos como nadie se moviliza para que los inmigrantes tengan una vida digna entre nosotros y preferimos que nos financien sin que tengan voz. Existe un consenso absoluto en todos los partidos -de derecha, centro y los que se llaman de izquierda- de tolerar y potenciar las agresiones a la vida y de silenciar la trama imperialista, lo cual es lógico y normal. ¿Acaso no están todos endeudados con la gran banca y, por tanto, a su servicio ?.
La democracia real exige superar el modelo de partidos burocratizados, de obediencia o líder y sin democracia interna que padecemos. Ello no será posible sin construir realidades democráticas y autogestionarias de base que sean capaces de ejercer presión moral liberadora frente a las instituciones que nos gobiernan. Hace falta una respuesta ciudadana capaz de invertir la línea insolidaria del egoísmo y nacionalismo politiquero que se ha instalado en los planos municipal, autonómico, nacional y europeo.
Este posicionamiento moral necesita de militantes que sean capaces de romper con la manipulación de la conciencia. En la sociedad de la información, es mentira que pueda existir democracia con el monopolio informativo existente. Dada la falta de libertad real de información que padecernos, no habrá política al servicio del pueblo sin construir medios de expresión libres.
A pesar del boicot institucional al voto en blanco y de las campañas mediáticas de amaestramiento político, es posible poner en marcha una corriente de opinión política solidaria.
Nosotros llevamos 20 años pidiendo el VOTO EN BLANCO mientras los partidos políticos, TODOS, no quieren saber nada. Eso quiere decir que todos los partidos se desentien del problema. Nosotros, no. ¿Será necesario crear un partido nuevo contra el hambre?. La apatía de todos los partidos, manifestada en su silencio macizo, nos está desafiando a ello.
Más del 80% de los muertos del mundo mueren por el hambre-negocio. Rogamos a todos nuestros lectores y amigos que se planteen la cuestión. Nadie tenemos derecho a ser insolidarios con los hambrientos. El hambre puede desaparecer. El hambre, debe desaparecer.
¿Hacemos un partido político contra el hambre?.
Hambre, paro y esclavitud infantil deben desaparecer, ¿qué hacen si no la ONU, el BM, el FMI, etc? Bajemos a la arena política y comencemos la batalla, y todo ello, sin sueldos, sin dietas, ni «PRISAS», sino con SOLIDARIDAD. Los empobrecidos de la tierra necesitan que nos organicemos desde la AUTOGESTION, la SOLIDARIDAD y el INTERNACIONALISMO
¿Ponemos en marcha la ACCIÓN SOLIDARIA? Los empobrecidos de la tierra lo necesitan.
Hagamos posible votar a un partido teniendo presentes a los empobrecidos, como expresión de una postura política eminentemente moral y solidaria. ¡ Hagamos el partido de los débiles a los que ningún partido va a defender !.