«¡Viva la Competitividad!» Informe Draghi contra los más débiles

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En el último cuatrimestre de 2024 se hizo público el “Informe Draghi”. Trata de ser un análisis exhaustivo de los desafíos a los que se enfrenta Europa, y una propuesta de estrategias para impulsar su crecimiento y la competitividad. Muestra la profunda preocupación que tiene el poder en Europa de quedar aún más atrás en la batalla establecida a nivel mundial con el poder Americano y Chino.

Editorial de la revista Autogestión nº 156

Esta batalla se cobrará un precio que, como siempre, van a pagar los más débiles. Basta leer entre líneas.

El informe se tiñe de positivismo: “crecimiento”, “mejora”, “empleo” ,“modernización”..etc, poniendo, como no, en el centro de mira la competitividad europea y lo que esta implica (gobernanza, el mercado único, la formación en tecnologías , la sostenibilidad , la política comercial). Se olvida de hablar, como no, de valores esenciales para el bien común tales como la justicia, la solidaridad y el respeto por la vida y la dignidad humana.

El informe propone una inversión total de aproximadamente 750 a 800 mil millones de euros al año, ¡¡nada más y nada menos!!, lo que representa un 5% del PIB anual de la Unión Europea (el Plan Marshall representó entre el 1% y el 2% del PIB en los países receptores). Esta inversión abarca varios sectores que se consideran estratégicos, con especial énfasis en la descarbonización, ser más “verde”, la Digitalización, inversión en infraestructuras 5G , tecnologías avanzadas e inteligencia artificial y en el sector de la “Defensa”, con un aumento del gasto del 1,5% del PIB europeo, el doble de lo gastado actualmente. Este gasto representa una parte considerable de esta inversión total.

Es evidente que para el poder en Europa es estratégico aquello que proporciona más poder, más competitividad, frente a aquellos actores internacionales con los que mantiene una lucha a “muerte”. No hace falta siquiera leer entre líneas. Ni la educación, ni la salud, ni la vivienda, ni otros servicios sociales, auténticos pilares de la paz, son inversiones estratégicas.

Este es un artículo publicado en la Revista Autogestión

Apostando por la competitividad y la eficiencia, ¿Quiénes van a quedar descartados? Ya conocemos la música y el estribillo de esta canción: el modelo nos promete bienestar. Pero nadie habla de la letra, y menos, de la letra pequeña: ¿Cómo se financia la competitividad?¿Cómo se pretende financiar este incremento en defensa y transición energética sin afectar a las políticas de sanidad, educación, servicios sociales, empleo, vivienda? Lo que es más que seguro es que se mantendrá la precarización laboral y seguirán bajando las rentas del trabajo. Pero además, ¿Qué repercusiones tendrá que el modelo social y educativo esté centrado en la competitividad?

El informe propone además alianzas estratégicas con países empobrecidos ( Argentina, Chile, Zambia, Namibia, República Democrática del Congo,…) para asegurar el suministro de minerales críticos. Se esmera en detallar nuestras “necesidades” para competir por el poder, pero ni una sola mención a las execrables condiciones laborales en las que se realiza esta extracción (incluyendo la esclavitud infantil), ni a la justicia ambiental en estos países. Tampoco de lo que supone alimentar la extracción de estos recursos en naciones que ya enfrentan serios problemas de deuda, desigualdad y explotación. Será necesario recordar una vez más que no hay justicia ni prosperidad si se construyen sobre la base del sufrimiento y la explotación de otros.

El informe sigue haciendo sonar la música que tanto nos gusta: una Europa verde, sostenible, descarbonizada,… Pero, de nuevo, ¿a costa de quiénes? Para que nuestros suelos se regeneren y se mantengan cuidados e impolutos, a nadie le importa de dónde sacamos los recursos para hacer la “transición energética” y poder desplazarnos con coches eléctricos, y poder vivir en viviendas y con electrodomésticos de alta y sostenible eficiencia energética. Para eso está el suelo, el agua y la biodiversidad de otras naciones que luego, mira tú por dónde, se ven forzadas a migraciones forzosas ante las cuáles conviene reforzar nuestras murallas.

Invitamos a una reflexión sobre el modelo de sociedad que estamos construyendo. Europa debe ser un ejemplo de justicia y solidaridad, no de explotación y dominación. Necesitamos políticas que fomenten la educación, la autogestión, la responsabilidad compartida, la cooperación, la acogida, el cuidado de la vida, y la justicia global. La competitividad no puede ser un fin en sí mismo, que deja de lado el construir un mundo donde todos tengan cabida y donde el bienestar no se mida sólo en términos económicos. Europa debe decidir si seguirá adelante con un modelo que perpetúa las desigualdades, la explotación, el robo a los empobrecidos y que alimenta los descartados del mundo o si optará por un futuro verdaderamente inclusivo y solidario. En la revista Autogestión creemos en una Europa y en un mundo donde todos los seres humanos puedan vivir con dignidad, respetando los bienes que nos han sido regalados para ponerlos al servicio de todos.