África, se expone a una nueva forma de imperialismo

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Con una inversión directa acumulada de casi 15.462 millones de euros en África, China está copando sectores como las finanzas, las materias primas, las manufacturas, los servicios comerciales, la agricultura y los transportes.

En su primer viaje internacional, el nuevo presidente chino, Xi Jinping, visitó a finales del mes de marzo a Rusia, como suele ser habitual entre los dirigentes de ambas naciones, vecinas y antiguos aliados comunistas, cuando toman el cargo.

Pero luego se desplazó a Tanzania, Sudáfrica y la República del Congo, lo que demuestra la cada vez mayor importancia del continente africano, rico en recursos naturales, para el gigante asiático. Desde 2009, China es el primer socio comercial de África, por donde se ha expandido en busca de materias primas para alimentar su extraordinario crecimiento económico a cambio de préstamos para construir carreteras, escuelas, estadios y polígonos industriales, que también sirvan a los intereses estratégicos de la gran potencia.

Con una inversión directa acumulada de casi 20.000 millones de dólares (15.462 millones de euros) en África, China está copando sectores como las finanzas, las materias primas, las manufacturas, los servicios comerciales, la agricultura y los transportes. Más de 2.000 empresas chinas están presentes en 50 países del continente africano, donde se calcula que hay entre uno y dos millones de trabajadores procedentes del coloso oriental. En la última cumbre del Foro de Cooperación entre China y África, celebrada en Pekín en julio del año pasado, el presidente Hu Jintao ofreció préstamos por valor de 20.000 millones de dólares (15.462 millones de euros) hasta 2015.

A cambio de esta lluvia de millones en el continente más pobre del planeta, el gigante asiático se asegura el acceso a valiosos yacimientos de recursos naturales imprescindibles para alimentar su imparable desarrollo económico, como petróleo, gas natural, minerales y madera.

Después de Tanzania, participó en una cumbre que los países englobados bajo el acrónimo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) celebraron en la ciudad sudafricana de Durban. Tras su reciente nombramiento en la Asamblea Nacional Popular, el Parlamento orgánico del autoritario régimen chino, era la primera vez que el presidente Xi se reunía con los principales dirigentes de las naciones emergentes, a excepción de su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien se había entrevistado en Moscú.

Xi Jinping concluía su gira africana en la República del Congo, que el año pasado exportó a China 5.400 millones de toneladas de petróleo.

Algunos países africanos, que se quejan de que sus inversiones se dedican a expoliar sus recursos naturales y no crean ningún valor añadido a la industria local. En una tribuna en el «Financial Times», el gobernador del Banco Central de Nigeria, Lamido Sanusi, advertía de que «África se expone a una nueva forma de imperialismo» porque «China toma nuestras materias primas y nos las devuelve manufacturadas, lo que es la esencia del colonialismo».

Organizaciones de derechos humanos y algunos gobiernos occidentales han criticado que Pekín apoya a Gobiernos africanos que violan las libertades, a cambio de conseguir contratos y recursos naturales. En particular, han citado su relación con el presidente de Sudán Omar Hassan al-Bashir, que está acusado de crímenes de guerra.

Fuentes: El País, ABC, Lainformacion.com