La invasión del M23 en Kivu ¿Tercera guerra de la R.D. Congo?

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MONUSCO Urubatt armored vehicles patroling streets of Goma for civil protection , the 13th of July 2012 . © MONUSCO/Sylvain Liechti

El M23 busca hacerse con Kinshasa

Fuente África Mundi

La noticia de la semana y probablemente el año en África ha ocurrido en las semanas pasadas: Ruanda había capturado Goma. Ahora nos damos cuenta de que la cosa no va a quedarse ahí.

El grupo rebelde M23, con el apoyo de lo que se considera que podrían ser ya más de 7.500 soldados del Ejército ruandés, ha cruzado ya la frontera regional entre los dos Kivus, del Norte al Sur, y avanza ya hacia la capital de esta última, Bukavu. Por el momento se han anunciado ya al menos 773 personas muertas y 2.800 heridos por el camino. Y no, no se quieren quedar ahí. (En los últimos días han aumentado estas cifras)

¿Qué es el M23?

“Continuaremos con la marcha de liberación hasta Kinshasa”, anunció el líder de la coalición rebelde, Corneille Nangaa. Como hace 30 años, Kagame busca repetir el éxito de la Primera Guerra del Congo en su apoyo al aún líder rebelde Kabila. En seis meses, sus fuerzas lideraron la coalición a la que se unió Uganda y Angola para acabar con el dictador Mobutu Sese Seko.

El objetivo final de Kagame es poder deshacerse de un Félix Tshisekedi al que le considera culpable de todos los males. Por un lado, cree de verdad que lo puede conseguir llegando a Kinshasa y ha lanzado esa apuesta.

De todos modos, la situación no es sencilla: Tshisekedi no es Mobutu y la comunidad internacional difícilmente le dejará cruzar todo el país y deponer a un presidente. Tampoco es probable que reciba el apoyo activo de otros países africanos, por mucho que desde la Comunidad de África Oriental ya hayan urgido a un Tshisekedi que les dio plantón a negociar con el M23. El presidente congoleño ha prometido una respuesta “vigorosa” y ha animado a todos los congoleños a alistarse como voluntarios al Ejército.

La realidad es que Kagame puede estar jugando esta carta para ver hasta dónde llega su control cuando le obliguen a parar, que será antes o después. Por el momento ya hay miles de tropas de Burundi en Kivu del Sur, previas a la incursión con las que se encontrará el M23, y que pueden provocar una guerra regional. El presidente de Burundi, Evariste Ndayishimiye, ha acusado a Kagame de planear atacar su país con el M23 y ha prometido que lucharán. Nadie quiere que esto se enroque como la Segunda Guerra del Congo y difícilmente será así, pero alguien debe parar a Kagame.

El presidente de Ruanda busca solidificar su posición allí para poder intentar hacer caer a Tshisekedi y culparle de no buscar la paz o, en todo caso, al menos poder tener la mano negociadora con sus posiciones avanzadas sobre zonas mineras del país. Esta incursión acabará o cuando bien el M23 sea frenado por las fuerzas congoleñas con sus socios o cuando la comunidad internacional le obligue a Kagame, pero es harto complicado visualizar una situación donde las tropas del M23 entren en Kinshasa.

Sea como fuere, este cálculo de Kagame lo hace también gracias a la subida de un Donald Trump que no es muy amigo del gobierno de R.D. Congo ni de Sudáfrica, el principal valedor con sus tropas de Tshisekedi.