Por un nuevo compromiso político por el Bien Común.
Ante el resultado electoral del 10N.

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Algunas notas después de los resultados de estas elecciones generales

  1. El auténtico poder que gobierna España, el neocapitalismo trasnacional, no ha sido cuestionado en nada por el resultado electoral. Ni la falsa izquierda de PSOE-Podemos, ni los nacionalistas e independistas, ni la derecha PP-Vox-Ciudadanos cuestionan teórica ni prácticamente el neoliberalismo tecnocrático del siglo XXI. Son diferentes ofertas de la democracia formal que se apoyan sobre un subsuelo común.
  2. La falsa izquierda, nueva y vieja, lleva décadas haciendo el trabajo sucio al neocapitalismo trasnacional asumiendo ser el vocero de la biopolítica abortista y eutanásica liberal mientras se encubre con un discurso «progre» falsamente anticapitalista para poder sobrevivir. La derecha «nada a favor de corriente» intentando hacer compatible lo incompatible: la explotación económica y lo moral.
  3. El caos que vive actualmente la sociedad por la creciente desestructuración personal, familiar, laboral y social impuesta por la hegemonía tecno-capitalista hace que se busquen salidas políticas que se basan más en el sentimiento que en la realidad, la moral y la razón. La necesidad humana de encontrar cierto sentido y orden hace que las propuestas nacionalistas y populistas ganen terreno, lo cual fracciona más a la base del pueblo frente al auténtico poder que sigue intacto y fundamentalmente oculto ante la opinión pública. El poder fabrica su propia disidencia y así, gane quien gane, no pierde.
  4. El nacionalismo y el independentismo, siempre burgueses, siguen atentando violentamente contra el Bien Común de España lo que ha hecho sin duda que crezca la extrema derecha populista y ultraliberal cuya agresión política y social a los inmigrantes empobrecidos es la manifestación más visible de su esencia real y que les deslegitima radicalmente desde el punto de vista de Bien Común.
  5. Una de las mayores desgracias que le podría suceder a España y a la Iglesia española sería la identificación tácita y consentida del voto a la extrema derecha con el voto genuinamente católico. Es una irresponsabilidad permitir esta identificación porque sería una auténtica instrumentalización política de lo religioso. No hay nada que lo pueda justificar.
  6. Solo una defensa integral de la vida humana y su dignidad es realmente compatible con el cristianismo. La dignidad humana es intrínseca e inalienable y no admite ninguna excepción. Ello implica defender la vida naciente y terminal pero también la dignidad de los inmigrantes empobrecidos. Es imprescindible combatir la ideología de género, pero también lo es luchar contra las causas políticas del hambre, la esclavitud, el paro, la explotación y la precariedad laboral. Es necesario defender el Bien Común de España frente al nacionalismo burgués pero reconociendo que nuestro bienestar como país se debe fundamentalmente al expolio de los pueblos empobrecidos del Tercer Mundo ya que pertenecemos a la Unión Europea uno de los actores fundamentales del neocolonialismo actual. La restitución económica a los países empobrecidos debería ser una prioridad política.
  7. Solo una ignorancia deliberada y cómplice puede identificar lo cristiano con la derecha política. Por ello es fundamental que el compromiso político por el Bien Común se vaya articulando desde la base de la sociedad y que en ello los cristianos asumamos nuestra responsabilidad. No puede depender todo de unas elecciones políticas.

Solidaridadnet

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